"Hasta entonces, la humanidad había vivido una vida totalmente armoniosa en el mundo. Epimeteo pidió a Pandora que nunca abriese la caja de Zeus, pero un día, la curiosidad de Pandora pudo finalmente con ella y abrió la caja, liberando a todas las desgracias humanas (la vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen, etcétera). Pandora cerró la caja justo antes de que la Esperanza también saliera, junto con todo lo que quedaba dentro, y el mundo vivió una época de desolación hasta que Pandora volvió a abrir la caja para liberar también a la Esperanza." Fuente

viernes, 27 de junio de 2008

No Beso


No acostumbro a copiar tan textualmente un texto, a menos que lo sienta en mi. Esto paso con un escrito de una amiga que escribe maravillosamente:

NO BESO

Oh, bien. Tenía mis sospechas al respecto pero ya comprendí. Este es el sistema: los besos sólo se dan en situaciones pre y post sexo. Cualquier otro encuentro, que corresponda a una actividad que no sea esta, merece beso en la mejilla. No me opongo a esta discreción.

Pero, sin embargo, esto me lleva a pensar: qué estructurados son los deseos de tus labios, como si tuviesen incorporado un “Reglamento sobre ocasiones pasionales” (y no tiene cláusulas de excepción, privilegios extraordinarios ni premios por cumplimiento estricto del mismo, que te avalen un momento a elección de vez en cuando). Ahora, o es digna de admirar la disciplina de tu boca o sencillamente no tiene objeciones para con la autoridad de tal reglamento, es decir, en pocas palabras: no hay razones para transgredir su cumplimiento debido a que tu boca no siempre mira la mía con deseo.

Y esta secuencia de hechos que me llevó al esclarecimiento de tu doctrina, me hace respetarla, aún sin que me haya sido presentada en palabras. Mis besos se quedan en mi boca sin atreverse a volcarse en la tuya. Se inhiben, detectan la distancia, las condiciones, las normas. Y se duermen en la nada, (en realidad no llegan a ser siquiera besos, sólo alcanzan la categoría de “besos frustrados”, “besos no esperados” o “besos sin permiso”). Como si mi boca no viviese las contracciones necesarias para que a esos besos le llegue el momento de nacer. Boca no dilatada.
Besos en potencia, únicamente actualizables en los alrededores del encuentro corporal. (No hay pases libres).

Deseo en suspenso, deseo no deseado, deseo sin bienvenida. Deseo que no tiene boleto, ¿deseo indocumentado?, ¿deseo ilegal? “Atenéte a tus turnos, boca soñadora, cuando te requiera te atenderé. Se que estás inscripta”.
Sin relación con estas vicisitudes, ESTA BOCA NO JUEGA MAS. Cuelga la toalla.


Fuente: Alicia, yo y todas Nosotras


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miércoles, 25 de junio de 2008

Trajinar

Vertiginosos pasaban frente a mis ojos los paisajes que se desplegaban en los sucios vidrios del vagón. El ritmico golpeteo me adormecia y entrecerraban mis ojos, a la vez que ese aroma tan característico me recordaba que mi presencia no pertenecía a los oníricos paisajes, sino a los rápidos cuadros que se dibujaban en los pegajosos cristales.

Y los postes, sobre otra imagen mostraba la extrema velocidad a la que recorríamos las rectas vías. ¿Cuanto sería? ¿200, 300 o 400 kilómetros por hora?, no lo sabía, pero seguro era sideral. Es que a los 6 años las magnitudes son diferentes, al igual que las incomodidades de los adultos que no eran las mías. No, claro que no ¿o acaso el cuerpo cálido de mi madre podría igualarse a esas tablas renegridas en el que el resto de mis ocasionales acompañantes brindaban sus carnes, flácidas y doloridas más de años que de circunstanciales butacas?.

Si, esos paisajes quedaron grabados en mi, tal vez porque fueron mis primeros y últimos viajes en tren, especie extinta si las hay. Tal vez, porque eran un fuera de mi mundo, que me impactaba y reconfortaba. Tal vez porque los recuerdos de la infancia tienen ese gusto de lo novedoso, en vez de estos que ahora me acompañan, de lo vencido, lo conocido, lo ya imaginado. Si, lo nuevo, lo por conocer, la seducción de lo desconocido, los temores y alegrías por venir, eso es lo que extraño.

Y esto se activo al ver una vertiginosa recorrida del canal de Panamá filmada por la compañía que realiza habitualmente el trayecto, que en ese día lluvioso y de veloz recorrido, me transportó a un pasado - presente, tan vívido y tan ido.



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martes, 24 de junio de 2008

Ya No Sé Que Hacer Conmigo



Una amiga, en un curso, nos mostró este video como representación de la pos-modernidad. Entiendo que además de ser un excelente ejemplo de lo que Gergen (El yo saturado) describe como la fragmentación del yo, me pareció un conjunto muy bueno (Cuarteto de nos, Uruguayos ellos). Presentan de una manera simple una mirada de las contingencias de los tiempos que corren y como nuestra identidad se define desde la construcción social en las que se encuentran.

Gergen son esos pensadores a los que podemos adentrarnos con curiosidad y preguntas sobre los tiempos que nos tocan vivir. Su mirada nos cuenta lo que vivimos a diario, pero ordenado y enriquecido por la complejidad de las múltiples miradas y ejemplos que sobrevuelan el texto.

Sin dudas una gran posibilidad que se abre en nuestras manos.

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CÓMO PESA EL AMOR


Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.
Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.
Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
como pesa el amor
endurecido.

Gioconda Belli

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lunes, 16 de junio de 2008

Por mi

Ultimas horas de la tarde. El sol se va llevando la tibieza del día y deja paso a un rocío que moja las hojas, al aire fresco que te acaricia el rostro y te acerca aromas que serán luego nostalgia. Si, el ocaso va dejando paso y el horizonte se desvanece dejando paso a la boca negra de la noche que nos engulle de un bocado.

Cae la noche y el frío se hace intenso. Mi voz retumba en la nada, en que la casa se ha transformado. Y si, casa, no hogar. Ya no, desde que te fuiste. Quede acompañado de silencios infinitos y de vacíos insondables. De sabores y olores que se disipan con el paso de los meses, con imagines que se desvanecen con mis lágrimas y con ilusiones de lo que pudo ser, pero que nunca más sera.

Ahora tengo que construir con estos fragmentos una nueva vida, una nueva ilusión, un nuevo devenir que me mueva y me lleve a andar, a forjar una razón que me ayude a levantarme. Que tire de mi mismo hacia una nueva rutina. Que seque mis ojos, que responda otras verdades, que huela nuevos perfumes y que cante una nueva historia. Si, por mi, por todos mis sueños, por mi propio renacer. Por lo que fue, por lo que es y por lo que será.



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